
El amor más precioso y valioso debe ser fundido en el valle de las sombras, por donde habita el dolor, de esa fusión surge la bienaventuranza del Amor genuino.
Un no rotundo al divorcio, la separación, la división psicológica interior, que conduce a las separaciones reales en el afuera de las parejas, un sí profundo al amor genuino, un requerimiento de vida absolutamente necesario. Voluntad para ser guerreros de la vida en búsqueda de la verdad perdida, el Amor genuino
El amor está ahí, no más es necesario conectarse con él.
¿Cómo se logra? Observe con atención esta frase que escuché y que cuando descendió a mi corazón en el silencio profundo de mi amor por alguien, resonó con llanto adolorido:
¡El que se enamora pierde! Estupor al escucharla, dolor enardecido en el silencio del alma.
De pronto, se suscita una visión clara e inmediata pues una mente ágil y despierta reconoce en un ¡Aja! de su conciencia, lo que es responder en lo profundo de sí misma: ¡y el que se desenamora gana! ¿Venganza?
Ahí estaba la respuesta a lo que siempre mi corazón rechazaba... el enamora/miento, compartido con otro, igual de engañado, en el espejo embaucador del amor, el hado, el azar, ¿Suerte?,¿Destino? Lo iluso guiando a la fatalidad no consciente del desamor y la venganza en el amor, veneno contra el amor genuino en las parejas.
Se puede volver al amor genuino, si se vence a estas sombras. Al vencerlas nos alejamos de la mentira contra el amor. (En…amor (a)… (Otro)…me... miento).
El no mentirse más implica ir al valle de las sombras personal y descubrir que fue lo que generó estas actitudes de desconfianza, inseguridad e inhibición, cuál fue el origen que incapacitó la habilidad de ser responsable consigo mismo, y cuál es la nutrición emocional, que cada vez más, y sin saberlo por desconocerlo aumenta la desaprobación dentro de sí mismo, creando un vértigo interno, mediante acciones que como en un rio tormentoso continuamente explota palabras, que sin consciencia, salen hirientes en contra del otro, aislándolo de sí, como si el otro fuera el responsable del miedo al Amor que se tiene por sí mismo.
Y sin comprender que ha vivido cohabitando con el fantasma de la soledad y el aislamiento mental, como una gran fuerza, desvirtuada por supuesto, de valiosa independencia que no se quiere perder, y que hace desconocer que es una fuerza evasora de la realidad que demanda separación del ser que te ama en verdad, tu mismo.
Al igual que te separa del ser que te ama, o se te acerca amistosamente, y sin el interés que corroe a tu inconsciente de invadir lo que tú con tu funesta independencia del Amor creas..
Sin darte cuenta estás proyectando en el otro la imagen virtual de tu irresponsabilidad contigo mismo en las relaciones. Y no te das cuenta tampoco de que: Entre más te alejas de la realidad del Amor dentro de ti mismo, y por ti mismo, no cuentas con que el separatismo que planteas egoístamente hacia el otro, te hará ser dependiente de ti mismo.
“Las dependencias de ti mismo, son tu desequilibrio, por lo tanto, no tienes ni la menor idea de lo que es la verdadera independencia.”