y..... miré para atrás, y, ví mi cansancio, sentí mi fatiga...cuando ya no creía en posibilidad alguna del cambio en mi vida, observando en el tiempo... todo lo inútil del viaje a través de mis mundos.... ví que en mi mente todo se desvanecía, cuando de pronto ante el apuntar claro de mi vida, encontró la respuesta, inesperadamente, surgió la Confianza!
La lealtad de mi ser, con mi ser, era la señal, del cruce hacia mi real mundo. Mi primordial mundo.
El mio sin copia de nadie.
Mujeres del mundo, su misión, Es: La sumisión hacia si mismas, en si mismas, consigo mismas. Explorarse, mirarse con sencillez y sin miedo, confiar en su mente, mirar que los mundos internos son la posibilidad de re-encontrarse con quien verdaderamente eres; Estos mundos son ellos la herramienta para ver y observar su belleza.
La Hermosa Grandeza de ser mujer, femenina, con dulce confianza de aportar femeneidad, magestuosa a la preciosa actividad masculina.
Se nació con el miedo a padecer el dolor, y se vivió en medio de él, con él.
Se compartió la vida con este dolor, él vivió en mi, con mis fracasos y disfortunas, él, vivio mis aislamientos mentales emocionales, y la soledad fue mi no grata compañía; viví conmigo, sin mi, sin yo consciente de él. sin que yo supiera que adentro de mi, él, era quien me acompañaba; lo presentía si, más, no sentía el sentir claro de si mismo, en mi, porque.... yo no lo sabía, no lo conocía.
No me era consciente, lo llamé dolor, así lo entendí, vivió mis temores en todo y ante todo, y todos, ante la duda de mi conocimiento, vivió mis vergüenzas de ser dentro de mi, lo reprobable. , lo desconocido, vivió conmigo, mis absurdas de siempre, oscuras emociones.
El fue sin yo saberlo, mi otro yo, mi esposo interno, viví con él, sin que yo comprendiera el por qué... mujeres..... teníamos que vivir lo duro de experimentarlo en el adentro sin conocerlo, sin saberlo.... siquiera.
Hasta que de tanto sentirlo, la vida empujó desde él, para que en la investigación de mi misma comprendiéra que él, mi otro yo, mi dolor, por su naturaleza misma, me requeriría y fustigaría en sufrimiento, hasta tanto, yo no voltiara mi faz y me permitiéra, el mirarlo, el observarlo, hasta lograr volverme unión empática con él.
Ahora ya se, que todo este sufrimiento ha acarreado todas nuestras pérdidas en el afuera.
Ya se , en este mi cuerpo mismo, que de tanto sentirlo, sin saberlo, la vida me mantenía aprisionada, me oprimía tanto..... tanto, que mi corazón padecía tristeza... con tal agonía, que no me di cuenta de que desde siempre sentía que de la vida mi ser se desprendía.
y acosó el sufrimiento, y la desolación hizo sus danzas, el apego al sufrimiento, no me proporcionaba alegría, todo en el , y con el, era sin retrocesos.
Pero llegó el día en que de tanto explorar las dolencias, pude diagnosticarlas, clarificarlas, ver que ellas eran la causación del pasado, convertido en consecuencia, este otro yo que me habita era mi consecuencia.Cuando la claridad mental surgió, nos dimos cuenta en si mismos de que ya era el tiempo de la comprensión en el afuera, y en el adentro integralmente. y nos vimos juntos el y yo, unidos por el fluido lastre del tiempo, libres.
ahora tratamos entonces de recoger los frutos que esto implicó. Podíamos ver, juntos en un sólo yo, lo que era tener la maravillosa consciencia de poder reconocernos mutuamente. Lo magnifico de Re/conocerlo fue verme. verme con él, viendo que él me veía, nos veíamos gozosos fuera del túnel.
Sin que lo conozcamos a él, lo invisible de nuestro ser pero por ello no sentido, es imposible conocer la posibilidad del esposo genuino en el externo, o visceversa, preciosa actividad masculina en el afuera.
Es esto lo que enseño a todas mis mujeres del mundo!! y a todos los hombres que deseosos de conocer quepasa con ellos en el interior recurren a mi experincia.

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